Encuentre su bodega o viñedo
5 Bodegas y viñedos en venta en Mendoza
Villa privada en complejo hotelero con bodega en Valle de Uco
Mendoza, Argentina
Finca de 1.700 acres en Argentina con famosa bodega y campo de golf.
DO Valle de Uco, Mendoza
Viñedos por hectárea en complejo bodeguero con hotel y spa.
Mendoza, Argentina.
Bodega orientada a la exportación con una producción de más de 2M de botellas.
Mendoza
Infografía de la Denominación de Origen
Cambiar a unidades imperiales (ft2, ac, °F)Cambiar a unidades internacionales (m2, h, °C)
Número de bodegas (2017):
71
Superficie total:
31.000 ha76.601 ac
Altitud de los viñedos:
Min: 600m
Max: 700m
Min: 1.969ft
Max: 2.297ft
Temperatura:
Media: 16º61°F
Pluviometría anual:
220 l/m220 l/ft2
Mendoza
La provincia argentina de Mendoza se encuentra situada junto a la cordillera de los Andes que registran en Mendoza sus mayores alturas: con 6.959 metros el cerro Aconcagua es el pico más alto de América, lo que confiere a los viñedos argentinos la particularidad de ser los más altos del mundo. La cordillera andina funciona a modo de barrera, frenando los vientos húmedos procedente del océano Pacífico. Este hecho, sumado a la amplia distancia respecto a otro océano, el Atlántico, hace posible que se den unas condiciones muy adecuadas para el cultivo de la vid.
La superficie de terreno dedicada en la provincia de Mendoza al cultivo del viñedo supone más de 150.000 hectáreas en las que se encuentran diseminadas más de 1.200 bodegas. Estos datos colocan a Mendoza como la provincia de mayor importancia en el sector vitivinícola argentino y en uno de las regiones productoras de referencia a escala mundial. Otra de las principales características en esta provincia es la diferencia de altitud entre las plantaciones de viñedos. Por ello, podemos encontrar viñas en un rango de altura entre los 400 metros y los 1.600 metros. Entre estas variedades destacan especialmente la malbec, con un cultivo en la provincia de Mendoza que supone hasta el 20% del total en Argentina. Además de esta variedad, destacan otros tipos de uva como syrah, tempranillo, la bonarda y la cabernet sauvignon, entre otras. Las zonas de cultivo se encuentran diseminadas dentro de la provincia de Mendoza a lo largo de más de 2.400 km en sentido norte-sur. Las bodegas de Mendoza aglutinan alrededor del 75% de la producción vinícola del país.
Otros factores claves además de la altura son el clima continental de inviernos fríos y veranos calorosos, abundància de sol, la heterogeneidad de suelos y el agua procedente del deshielo andino. Los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel son los afluentes de los Andes que a través de multitud de canales y acequias sostiene el cultivo de la vid ya que las precipitaciones son escasas. En caso de necesidad el riego se puede completar con el agua subterránea obtenida mediante numerosas perforaciones.
HISTORIA DEL VINO
Alrededor de 1556, el conquistador y colonizador Francisco de Aguirre, fundador de Santiago del Estero, envió los primeros sarmientos y cepas desde Chile hacia Argentina con el fraile Juan Cidrón. En 1618 se produciría el inicio de las misiones de los jesuitas en América. Se destacó en estas misiones jesuíticas la elaboración de vinos para el oficio de las missa.
Uno de los primeros bodegueros que sacó la producción del ámbito estrictamente clerical fue Michel Harizmendi, que llegó a estas tierras a principios del siglo XVIII, quien apostó por la elaboración de un vino de alta calidad que exportaba a la ciudad de Buenos Aires. Debemos tener en cuenta que durante los años en los que Harizmendi alcanzaba el cénit de su producción, Mendoza todavía dependía de la Capitanía General de Chile, hasta que en el año 1783 se incorpora como capital al Virreinato de Río de la Plata. Así el comercio miró más a Buenos Aires que al Pacífico.
En la Revolución de Mayo de 1810, en Buenos Aires, se destituyó al Virrey y este suceso trajo aparejado positivos impactos para la industria: se abandonó la importación de vinos de España para dar paso a productos de las sierras de la región de Cuyo. Es precisamente en Mendoza donde se preparó la gesta libertatora el General José de San Martín donde cruzó con sus tropas por los Andes hacia Chile gracias al acuerdo con los indios Pehuenches. Llega la declaración de independencia en 1816.
Otro nombre a subrayar es el del ingeniero agrónomo de origen francés Michel Aimé Pouget, responsable del importante desarrollo en esta provincia argentina de las variedades cabernet sauvignon, merlot y por encima de ellas, la malbec.
En 1885 se produce un hecho que cambiaría el sector del vino de la provincia de Mendoza, la llegada del ferrocarril hasta Buenos Aires. Los plazos de envío se acortaron drásticamente, lo que contribuyó al desarrollo del comercio que pasó de una actividad ganadera y cerealista a la producción masiva de vino.
En 1876 se promulgó la ley Avellaneda de inmigración y colonización que atrajo a muchos colonos del exterior interesados en cultivar tierras americanas. A finales del s. XIX habían llegado al país 1 millón de personas y en las primeras décadas del s. XX se censaron 1.120.000 inmigrantes.
El mayor flujo de italianos se radicó en Mendoza, mientras que los españoles hicieron lo propio en San Juan dejando que los franceses se asentaran en San Rafael, en el sur mendocino. La emigración italiana en Mendoza, está muy presente en las bodegas, edificadas como un reflejo del estilo imperante en la Italia de aquellos momentos: villas de lenguaje clásico del renacimiento y del Liberty (versión italiana del Art Nouveau) enmarcadas en grandes jardines. Muchas de estas villas se mantienen en excelentes condiciones y son visitables a través de las rutas de turismo enológico.
Una de las grandes crisis que afectó la producción vinícola argentina tuvo lugar a comienzos de la década de 1970. La crisis obligó a las bodegas a apostar fuertemente por una modernización radical a través de grandes inversiones, con la finalidad de elevar la calidad de los caldos y que estos pudieran competir en el mercado internacional. Esta reconversión significó la integración de la vitivinicultura argentina al mundo globalizado, pesa a ello, a comienzos del siglo XXI debió enfrentarse a otra importante crisis, la económica, que asoló Argentina en el denominado “corralito”.
La provincia de Mendoza se ha consolidado como la más importante en Argentina en cuanto a producción de vino de calidad y es en la actualidad referente internacional.
VINOS Y BODEGAS
La provincia de Mendoza posee una larguísima tradición en bodegas, algunas de las cuales se remontan a la primera mitad del siglo XIX. Un buen ejemplo son las bodegas González, que lleva inmersa en el sector vinícola desde el año 1826. También Tiburcio Benegas, fundador de bodegas El Trapiche (Godoy Cruz). Los inmigrantes españoles tuvieron, al igual que los italianos y franceses, gran importancia en la puesta en marcha del sector vinícola de Mendoza. Así, los hermanos españoles Goyenechea fundaron en la segunda mitad del s. XIX la bodega del mismo nombre mientras que otros inmigrantes de origen aragonés, los Escorihuela, dieron nombre a las bodegas Escorihuela Gascón, una de las más antiguas de la provincia. El italiano Pascual Toso en 1890 funda Toso y Gargantini. En 1889 Ruttini plantó el primer San Giovese en Maipú. Otros inmigrantes italianos con nombre propio en la historia del vino de Mendoza son Luis Tirasso, Navarro Correas, Antonio Nervian, Dante Robino con sus espumantes, Luigi Bosca cuya bodega fundó en 1901, Casa Biachi fundada en 1928, así como más tarde la familia Zuccardi en los años 60.
Hacia 1895 se fundó otra bodega centenaria, Norton en Luján de Cuyo, de origen inglés así como la bodega Benegas, que es hoy una de las pocas reliquias históricas que quedan de la antigua Mendoza de fines del s. XIX.
Para 1909 Gargantini y Giol ya era dueños de la que sería la segunda bodega más grande del mundo tras una bodega italo-suiza en California. En su mejor momento la bodega llegó a producir la mitad del vino que se hacía en el país, se trataba de la bodega La Colina de Oro como en Maipú.
Ya en el s. XX hubo una generación de enólogos estudiados de origen español, italiano, francés en las Bodegas argentinas. Ellos son los pioneros de esta industria naciente argentina. Apenas en un cuarto de siglo se sentaron las bases para la historia moderna del vino de Argentina.
La familia Pulenta, quien ha estado ligada a la viticultura Argentina por tres generaciones continúa hoy las bodegas Pulenta Estate, Vistalba y Augusto Pulenta. Además, durante muchos años esta tradicional familia estuvo al frente de Peñaflor, Trapiche, El Esteco, Santa Ana, Finca las Moras, Andean Viñas y Michel Torino.
También es necesario señalar el papel vital del empresario bodeguero Nicolás Catena Zapata quien desde Mendoza desarrolló el mercado para los vinos de la variedad Malbec en el mundo. Además de lanzar la uva Malbec también introdujo el concepto de vinos premium en Argentina. Bodega Catena junto con Achaval Ferrer son considerados grandes estrellas del firmamento vinícola internacional.
A finales del s. XX comenzaron a llegar los inversores internacionales debido a la creciente demanda mundial de los caldos argentinos. Destacables y exitosas son las inversiones francesas y chilenas. Desde Chile, el grupo de bodegas Viña San Pedro de Tarapacá invirtieron en bodegas argentinas como son Finca La Celia (valle de Uco declarada de valor Patrimonial Histórico), Tamarí (Maipú) y Finca Eugenio Bustos. Así también el conocido enólogo Aurelio Montes es propietario de Kaiken, Bodegas Doña Paula pertenece a las Bodegas chilenas Santa Rita, Trivento a Concha y Toro y Renacer es propiedad de la familia Reich.
De origen francés actualmente existen una treintena de bodegas en suelo principalmente mendocino, Möet & Chandon funda su primera filial en Mendoza en 1958, así nació Chandon Argentina (grupo LVMH), uno de los principales productores de espumosos en el país, quien también fundó Terrazas de los Andes en 1996. Piere Lurton, propietario de Chateau Cheval Blanc en Burdeos descubre Argentina y decide crear la conocida bodega Cheval des Andes (Cuyo) en 1999 en Sociedad con Terrazas de los Andes.
El célebre enólogo Michel Rolland convenció a varios bodegueros principalmente bordeleses para invertir en las laderas de los Andes. Un novedoso concepto en un espacio confinado donde cada bodeguero sería propietario de su bodega pero además producirían un vino común a todos ellos, así nació Clos de los Siete en 1999. Los principales inversores fueron los Rothschild (Chateau Lafite), Guy Cuvelier (Chateau Leoville Poyferré), Dassault, Péré Vergé (Chateau Le Gay).
La familia Rothschild actualmente no es miembro de Clos de los Siete, pero sí fundaron en 1999 Bodegas Caro en partnership con la familia Catena y Flechas de los Andes en 2003.
Otras Bodegas de origen francés son Altavista (familia D’Aulan durante muchos años dueños de la casa de Champagne Piper Heidsieck), Bodegas Antucura, Bodegas Atamisque en el Tupungato, Bodegas Marco Zunino de la familia Guevel en San Rafael, Bodegas Fabre en Luján de Cuyo, Ruca Malen, Vignes des Andes, Cuvelier los Andes, Carinae en Maipú, Diamandes de la familia Bomie, Domaine Busquet en el valle de Uco, Domaine le Billoud, La Rivière Yturbe, Monteviejo de la família Péré Vergé, Piedra Negra de Lurton en el valle de Uco y Poesía de Lévêque.
Además de todos los argentinos, quizás los extranjeros que más han hecho recientemente por el vino argentino y su variedad Malbec son Paul Hobbs (enólogo americano), Michel Rolland (enólogo francés), el suizo Donald Hess, Alberto Antonini (enólogo italiano) y el español José Manuel Ortega Fournier quien vendió su bodega Alfa Crux a Agostino.
PUNTOS DE INTERÉS
Algunos de los grandes atractivos paisajísticos de la provincia de Mendoza se encuentran englobados en la denominada Red de Áreas Protegidas de Mendoza, que aglutina hasta 17 reservas naturales que suponen aproximadamente un 13% del territorio de la provincia. Entre estas reservas naturales destaca sobremanera el Parque Provincial Aconcagua, en el que se encuentra ubicado el cerro del mismo nombre, un coloso con una altura de 6.960 metros sobre el nivel del mar y cuyo nombre en lengua quéchua significa “centinela de piedra”. El río Mendoza, que proporciona agua de riego para un buen número de hectáreas de viñedo, recibe caudal de los arroyos que descienden del Aconcagua y que transportan agua procedente de los deshielos. Este Parque recibe distintos usos, desde el meramente turístico hasta aficionados al trekking, y por supuesto, alpinistas nacionales e internacionales que intentan el ascenso desde sus diversas caras.
La ciudad de Mendoza es la capital de la provincia y reúne diferentes atractivos, entre los que destaca, en su vertiente cultural, el Museo de Arte Moderno. Otro de los emplazamientos más frecuentados por los turistas es la Plaza Independencia, con una extensión de 1600 metros cuadrados y cuyo centro es ocupado por una bella fuente. La visita puede continuar en la Casa de Gobierno de Mendoza, relativamente cerca de la Plaza Independencia y declarada Patrimonio Cultural en el año 1995. El Parque General San Martín, con 17 kilómetros de extensión alberga el Museo de Ciencias Naturales y el Zoológico de la ciudad, considerado el más importante en Sudamérica. En su interior se guarda la bandera original acarreada por el militar San Martín durante la liberación de Chile. Desde la ciudad de Mendoza se inician diversos itinerarios enológicos, algunos de los cuales llevan a los interesados hasta San Carlos, donde se emplazan algunas de las bodegas más importantes de la provincia. El Museo del Vino, incluido en alguna de estas rutas se encuentra en la vecina localidad de Maipú, muy cerca de la ciudad de Mendoza.