Valle del Aconcagua – un clima que favorece vinos con un lento proceso de maduración

LOCALIZACIÓN E HISTORIA

La subregión vinícola Valle del Aconcagua se encuentra situada a caballo de las provincias de Los Andes, San Felipe de Aconcagua y Quillota, pertenecientes todas ellas a la región chilena de Valparaíso. En 1994 se le otorgó la condición de denominación de origen, siendo preceptivo para conseguir este título que los vinos producidos por las viñas de Valle del Aconcagua sean elaborados con al menos un 75% de uva procedente de la región. Los viñedos se extienden en el Valle del Aconcagua a lo largo de una superficie aproximada de 1.025 ha. Las variedades de uva cultivadas son chardonnay, syrah, merlot, cabernet sauvignon y carménère. Las primeras plantaciones de viñedos datan del año 1870, a cargo del viticultor Maximiano Errázuriz.

SUELOS

El río Aconcagua nace en la montaña del mismo nombre, la que con casi 7.000 metros de altura es la cima más alta de Los Andes, para luego desembocar en Valparaíso, en el océano Pacífico. La región de Aconcagua tiene la particularidad de poseer viñedos en la costa, así como en los Andes a más de 1.100 metros de altitud. Otro hito geográfico chileno son las Planicies litorales, largas franjas entre el océano Pacífico y la cordillera de la Costa. Al sur del río Aconcagua, las planicies son anchas y de largas distancias. Sobre estas planicies se encuentran grandes fuentes de calizas y de suelos de pizarras muy interesantes para el desarrollo de la vitivinicultura.

En la denominación de origen Valle del Aconcagua encontramos generalmente (y con mayor presencia en la estación de verano) días secos y calurosos acompañados de noches frescas gracias a un paulatino descenso de la temperatura. Los vientos fríos que entran desde la costa bajan las altas temperaturas del verano. Los suelos del Valle del Aconcagua son arenosos y pedregosos y en ellos encontramos sedimentos fluviales con una alta presencia de material orgánico y mineral. En sus riberas existen terrazas aluviales y coluviales que son ideales para el cultivo de la vid. Las variedades tintas tienen una larga tradición en el valle interior cerca de los Andes, mientras que chardonnay, sauvignon blanc y pinot noir, cepas amantes del clima frío, están prosperando y presentando excelentes resultados en la zona costa del valle.

CLIMA

El valle del Aconcagua goza de un clima de tipo mediterráneo a lo largo de todo el año. Un clima en el que pesan factores como la denominada corriente de Humboldt (ascenso de aguas profundas y frías a la superficie del mar) que proporciona brisa fresca procedente del océano Pacífico. Debido a estos factores, la uva plantada en Valle del Aconcagua tiene un proceso de maduración que se dilata en el tiempo unas tres semanas más que en el resto de regiones vinícolas chilenas, aspecto que realza el sabor, intensidad y concentración de azúcar en los caldos obtenidos. La lluvia en el Valle del Aconcagua tiende a ser escasa, con pluviometrías anuales cercanas a los 250 mm. Esta escasez de lluvia posibilita que los viticultores tengan más facilidad para el control del crecimiento de la uva y su proceso de maduración.

Es necesario señalar que las condiciones climáticas son también parte responsable de la ausencia en Valle del Aconcagua de enfermedades tradicionales en la vid derivadas de la presencia de hongos, como la botritis y el moho.

La orografía de Valle del Aconcagua nos permite descubrir un valle plano, que se extiende a lo largo de 4 km de ancho envuelto en una zona de cerros con alturas de entre 1.500 a 1.800 metros. La climatología, junto con el descenso de temperaturas durante la noche, así como la gran luminosidad nocturna, hace que esta denominación de origen sea muy apta para la producción de uva tinta.

TIPO DE UVA

En el interior del Valle del Aconcagua, en áreas próximas a la cordillera de los Andes, predomina el cultivo de variedades tintas, mientras que en las zonas más costeras ha ganado presencia en los últimos años el cultivo de cepas de variedades como chardonnay, pinot noir o sauvignon blanc. En cuanto a la uva tinta, en la viñas de la denominación de origen Valle del Aconcagua encontramos variedades como syrah, carménère o cabernet sauvignon. El porcentaje de uva tinta sobre el total de la producción vinícola de Valle del Aconcagua está establecido en un 84%.